
Querida Familia Parroquial:
El miércoles de ceniza marca el principio de la cuaresma que dura 40 días y 40 noches. Esto es tiempo dedicado para ayudarnos prepara la celebración de Semana Santa donde se revive la pasión de Cristo. Es tiempo para el entrenamiento en el arte del autocontrol. Meditaremos sobre el acontecimiento donde Jesús fue al desierto específicamente para entrenar su cuerpo y alma en poz de cumplir su misión de salvar a toda la creación por medio de su muerte y resurrección. Su ministerio en el mundo duro solo tres años. No obstante, su impacto tiene revibraciones en la eternidad. La esencia de la cuaresma es para ayudar y recordar al cristiano el significado de su llamado. El Papa Benedicto XVI, en su encíclica Deus Caritas nos ofrece una buena explicación sobre el significado de ser cristiano. El diese:
“Hemos creído en el amor de Dios: así puede expresar el cristiano la opción fundamental de su vida. No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva. En su Evangelio, Juan había expresado este acontecimiento con las siguientes palabras: « Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, para que todos los que creen en él tengan vida eterna » (cf. 3, 16). La fe cristiana, poniendo el amor en el centro, ha asumido lo que era el núcleo de la fe de Israel, dándole al mismo tiempo una nueva profundidad y amplitud. En efecto, el israelita creyente reza cada día con las palabras del Libro del Deuteronomio que, como bien sabe, compendian el núcleo de su existencia: « Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios es solamente uno. Amarás al Señor con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas » (6, 4-5). Jesús, haciendo de ambos un único precepto, ha unido este mandamiento del amor a Dios con el del amor al prójimo, contenido en el Libro del Levítico: « Amarás a tu prójimo como a ti mismo » (19, 18; cf. Mc 12, 29- 31). Y, puesto que es Dios quien nos ha amado primero (cf. 1 Jn 4, 10), ahora el amor ya no es sólo un « mandamiento », sino la respuesta al don del amor, con el cual viene a nuestro encuentro.”
El cristianismo no solo es la creencia en doctrinas, sino una verdadera relación con la persona de Jesucristo. Como toda relación, nuestra relación con Cristo requiere una respuesta. Las doctrinas de la fe (palabra doctrina significa: artículos de la fe) son expresiones de lo que hemos descubierto de la persona de Cristo. La cuaresma es un tiempo para sanar nuestras almas por medio de la misericordia de Dios buscando el Sacramento de Reconciliacion. Es el tiempo para considerar la verdadera relación que tenemos con Dios y su Iglesia y si estamos creciendo en la fidelidad y amor. Hay que preguntarnos: ¿Amo como Dios desea que yo ame? ¿Soy duro de cabeza y rehusó mis prejuicios sobre quien es Dios y la Iglesia? ¿Soy una persona ingrata con las bendiciones que Dios me ha dado? Nuestro llamado es de anunciar que el “reino de Dios esta por llegar.” Esta proclamación se tiene que hacer con dichos y hechos.